He doblado la esquina para no verte, me he adentrado en el laberinto, la piel llena de rasguños y aún te veo. La observo desde dentro. No le gustan los jardines. La observo desde afuera. Todo cuanto es lo lleva con ella por un mar lleno de medusas. Las cajas sólo contienen vacío que respira cuando no duerme. Pasan los días de sol y el cielo azul desaparece. El laberinto tiene escaleras que suben y bajan y no te llevan a ninguna parte. El laberinto tiene puertas que abres, cierras y abres hasta que compruebas que el siempre es sólo el ahora. El laberinto es como la torre de Babel pero sin lenguas. Es abrir los ojos y recoger piedras que luego has de tirar.
Este es mi laberinto, sin paredes. También lo es perderme en ti.
Este es mi laberinto, sin paredes. También lo es perderme en ti.
Los laberintos y sus puertas falsas, sus pasillos eternos y, en algunos casos, esa sensación de tranquilidad al estar perdido. Una vez, intentando citar a Fonollosa, me equivoqué y dije: No me busquéis si me pierdo, intento así encontrarme. O algo así. Y en realidad era "No me salvéis. Intento así perderme". Y ahora, buscando esa cita... he encontrado esto que he pensado que quizá te guste.
ResponderEliminarWEST 10TH STREET
La esperé mucho tiempo. No sé cuánto.
No conté el sol, ni el viento, ni la nieve.
No contaba los días. Eran largos.
Supe que volvería. Y la esperé
para echarla de casa como a un perro.
Ahora la olvida todo. Yo, no puedo.
De él mismo. Y como yo también hablé un día de laberintos, te dejo esta entrada... por si te apetece leerla.
http://elshowdefusa.wordpress.com/2007/12/08/sin-salida/
Un abrazo, Alfaro.
Buenas noches.
fusa,
ResponderEliminarme encanta, gracias por dejar aquí este poema..., es justo lo que necesito leer ahora, con nocturnidad y alevosía...
felices sueños...
Siempre que pensamos en laberintos imaginamos un espacio interminable sin salida a ninguna parte. Nunca pensamos en escaleras que se suben y se bajan y no van a ningún sitio. Tú las has traído hasta aquí y has colonizado con ellas mi idea de laberinto, que ahora es más asfixiante, más imposible, más agotador.
ResponderEliminarPero es muchísimo más cierto.
brujaroja,
ResponderEliminarya..., tenemos la idea de laberinto en un único plano...
los laberintos mentales son mucho más agotadores, afortunadamente tú el plano mental lo llevas mejor y no te asfixiarás ni te agotarás, sólo tienes que mirar el mar y perderte como mucho en su horizontalidad.
besos.
Tuve un sueño, hace siglos, de un laberinto de escaleras ascendentes. La sensación caló hondo y fuerte..
ResponderEliminarEn algunas películas he visto secuencias de escaleras (El nombre de la Rosa,H.Potter...), reviviendo aproximativamente el sueño.
¡qué sensación tan inquietante la mía!
:)))))
inuit,
ResponderEliminarlo bueno de las escaleras reales es que siempre nos llevan a algún lado y si son mecánicas no necesiatmos ni movernos...
los sueños y el laberinto del poema son distintos
besos.
Bella idea: perderse en un laberinto en el que ni siquiera existen paredes.
ResponderEliminarLa verdad es que a veces, sin saber como, nos perdemos en los sitios mas extraños.
Un abrazo, amiga
antiqva,
ResponderEliminarseguro que tú no sabes de estas cosas, pero hay quienes ya nacimos como en otro mundo y andamos siempre e inevitablemente perdidos, como si faltase algo...
un abrazo.
CARPE DIEM!
ResponderEliminarpues, sí, carpem diem..., aunque sea dentro del laberinto o precisamente por eso.
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