11.
Hubo un momento en que el cuerpo
dejó de ser hogar
no sabría decir cuándo
sin más dejé de ser bien recibido
un desconocido
al que no hay que abrirle la puerta
21.
Como si mis huellas
no quisieran ya mirarme desnudo
asiduo al estrépito de la mentira
negué la honradez
negué la honradez y el candor
la honradez el candor y los latidos serenos del olivo
todo
para decir yo
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¡Cuánta ofrenda en los ojos colmados de cerezos!
¡cuánta casa!
así un día cualquiera
y otro
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