(restar)
tener a mano un árbol
rehacer la escritura con raíces y ramas
con música
con hambre
con los nombres perdidos
que lo contienen todo
con el beso perenne
de la madre que espera
al hijo que no está
que ya nunca estará
con el revés del mundo
donde los niños muertos caminan
por palabras llevadas
rehacer la escritura
como una resonancia del útero
con el dolor
el terrible dolor
de lo sustraído.
Celebrar el aullido
Paloma Corrales
Ediciones de La Isla de Siltolá, 2015
Hermoso.
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