Poesía, acércate,
al oído,
no te marches, déjala que escriba soledades,
déjala que el desconcierto desbarajuste todas sus nociones
de belleza,
que encuentre la palabra
la que dará luz
la que da fuerzas
para recorrerte.
Ponle la palabra eternidad a su alcance.
para Gloria M.
nota: hace tiempo que le debo esta entrada a Gloria, se lo dejé en un comentario y ella lo colgó en una de las paredes de su blog, lo raro es vivir.
Es suyo, porque lo hizo suyo, pero me faltaba este 'para ella' y darle las gracias. Este es mi agradecimiento.
Esa poesía que viene y aunque no me dé cuenta nunca se va, esa palabra que me ilumina por dentro que tarde o temprano saldrá fuera...
ResponderEliminarGracias, de corazón, por recordarme este poema, por ponerlo aquí con mi nombre debajo porque es verdad que lo hice mío enseguida, es cierto que voy a leerlo allí a mi casa una y otra vez.
Un fuerte abrazo desde Nápoles.
(y que la poesía te ronde siempre... siempre...)
Que detalle tan bonito y que poema tan acertado.
ResponderEliminarTe beso.
Mi Alfaro. Me maravillas. Cada vez que inserto un post en mi blog, te veo inmediatamente visitándome. Ese “avisapostdeblogeros” que dispones es realmente sensacional. Y te doy mil gracias por tu atención, amiga.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Hermoso poema
ResponderEliminarbesos