17.5.08

Gloria

Te veo llevando sal para las heridas, también un poco de vinagre, y sobre tus párpados pesan las telarañas. Eres la más anciana de la ciudad. Un desconocido te lleva siempre cogida de la mano, caminas muy despacio y cuando me miras a los ojos y me preguntas tu expresión se ilumina y desaparece la tela del tiempo. Ahora estoy sola y ya nada me importa de la vida, me dices, y el desconocido malicioso intenta consolar al tiempo, aún bebe su buen vaso de vino, dice él, y yo te imagino bebiendo ese elixir de la vida que te prolonga sobre los recuerdos. Ya no te enfadas, para qué. Has olvidado las citas de los libros y sólo ausencias duermen contigo, tus palabras de aire quedan en los soportales nuevos.

8 comentarios:

  1. “Tus palabras de aire”. Entran por todos los poros de la piel conmoviéndonos y haciéndonos saber que tenemos la sensibilidad a flor de piel y que estamos vivos.
    Cómo recuerdo la sabiduría antigua de mis abuelas y de todas las mujeres ancianas con las que hablé en mi infancia. Siempre me sentí bien a su lado y disfrutaba enormemente con todas sus historias.¡Qué imagen tan bonita, una anciana i una niña sentadas hablando!
    Tu hermoso relato me ha hecho recordar ese abrigo sereno y sabio,en el rescoldo de la ancianidad lúcida.
    Auroras festivas

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  2. Todas las personas con las que nos cruzamos tienen algo especial.
    En este caso, inuit, como tú muy bien has sabido ver, nos lleva a algo entrañable de nuestra infancia.

    Besos.

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  3. Coincido. Eso de "tus palabras de aire" es precioso. Y la forma en que consigues que se convierta en imagen... Yo puedo ver las palabras de aire flotando, quedándose dormidas en el espacio en los soportales...
    Qué bueno.

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  4. Nombres

    ausentados
    siniestrados
    del reloj
    memoria
    concebida
    desaparecida.
    Emoción viva
    contenida
    sin dolor y sin nombres.
    Memoria de hombres.

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  5. Alfaro,
    Triste y hermosísimo homenaje a la ancianidad. Y me gusta, eso del desconocido malicioso. Muchas veces no queremos entrar en lo que los ancianos pueden sentir porque es demasiado duro. Y nos alejamos. O inventamos inútiles consuelos. Tú has decidido verlo.
    Un gran abrazo.

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  6. Brujaroja, cuántas cosas se quedan dormidas y flotando en el aire entre las columnas de los soportales.
    Besos.

    Almantina, gracias por tu visita y tu comentario-poema,memoria aparecida-desaparecida... la mente tiene sus propios resortes para olvidar y recordar.
    Un beso.

    Bel, el desconocido malicioso, que siempre dice el vino que la señora bebe, merece unas líneas aparte pero no recuerdo su nombre,
    los dos forman una imagen entrañable.
    Besos.

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  7. Mientras quede algo de vino, queda algo de esperanza.

    Un abrazo, amiga

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  8. Seguro que queda un cuanto...
    Un abrazo, antiqva

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