Dos personas en una habitación. Una de ellas hace la maleta.
-¿Cuándo vuelves?
-No lo sé.
-¿Vendrás por Navidad?
-Ya te he dicho que no lo sé.
-¿Y cómo me pongo en contacto contigo?
-En cuanto tenga el teléfono instalado ya te llamaré.
-¿Puedo escribirte?
-Te mandaré la dirección cuando la tenga.
Silencio largo, muy largo...
-Tengo la sensación de que no vamos a vernos más.
-No digas bobadas.
-Lo pienso de verdad.
-Bobadas.
-Ya...
La maleta se va llenando mientras armario y cajones se vacían. Las dos personas se mantienen en silencio, ocultando sus respectivos dolores.
-¿Has visto la camisa gris?
-¿La que yo te regalé?
-Sí.
-Está en la lavandería.
-¡Mierda!
-Cuando tenga tus señas te la mandaré por correo.
La maleta ya está llena.
-Ahora tengo que irme.
-¿No vas a darme un beso?
-Mejor que no.
La maleta sale de casa y entra en el ascensor.
-Adiós.
-Adiós. Llámame, por favor.
La puerta del ascensor se cierra. Ruidos del motor del ascensor.
(Del libro inédito Amores Breves)
Más cuentos de Pepe Pereza en su blog Asperezas
El corazón, durante días, les olió a la palabra adiós, que es una palabra que huele como a todas las palabras que nunca se llegaron a decir.
ResponderEliminar¡Siempre me sorprende Pepe Pereza!
Por cierto, ¿ese "Mierda!" es así, empezando con interrogación y acabando con exclamación? Porque me ha encantado.
Un beso para los dos.
Gracias (*
ResponderEliminaren cuanto al mierda, no estaba hecho adrede, Se nos ha pasado a Alfaro y a mí, pero ahora que lo dices, a mí también me gusta.
un beso
Todas las despedidas se parecen demasiado.
ResponderEliminarBonita forma de decir adíos, motores de ascensor incluidos...
ResponderEliminarSaludos!
ay, están los dos signos en la misma tecla...
ResponderEliminarcorregido,
ante todo respetar el original.
Disculpad.
Los ruidos del motor del ascensor, marcando el alejarse y el silencio de la ausencia por venir, me impactaron.
ResponderEliminarBesos
Uf..., menos mal que todos sabemos que -al fin- terminaron casandose por la Iglesia, tuvieron cinco chiquillos y vivieron inmensamente felices..., porque si no lo supieramos...
ResponderEliminarUn abrazo, amiga Alfaro
Duele.
ResponderEliminarUn placer leeros a los dos y hoy que ando un poco despistada, bueno que llego del campo ahora mismo...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el pulso de la ausencia contenida, desde el primer verso.
Besazos
En ocasiones cuesta entender que el silencio es la mejor despedida, pues evita la vana disputa entre de vencedores y vencidos.
ResponderEliminarignatiusmismo;)
Es justo lo que necesitaba leer para bajar a la tierra, que nunca viene mal un tironcillo de orejas...
ResponderEliminarMe quedo con esta frase, en mi opinión espectacular, Pepe Pereza: "la maleta sale de casa y entra en el ascensor" como si los ojos de quien se queda (si fuera prejuiciosa diría que es una ella, pero intento no serlo) sólo se fijasen en la maleta como seña inequívoca del inminente adiós que no se atreve a asumir.
Me ha gustado mucho.
Un beso enorme a los dos.
Da gusto pasar por esta cuidad. Siempre me tratáis genial aquí. No os digo nada porque me dejáis sin palabras. Muchas gracias a todos por vuestros comentarios y para el que no lo sepa le digo que tengo un blog que se llama “Asperezas”.
ResponderEliminarPorque todos los finales son el mismo repetido... eso diría Sabina y digo yo ahora. Por eso duele. Por eso nos vemos ahí.
ResponderEliminarUn beso.
Lo has bordado. No es que otras entradas sean menos buenas. Pero es que ésta me parece impecable.
ResponderEliminarSin embargo, qué pena saber de una separación así el 1º de Mayo.
Igual es la primera vez que ya no fueron juntos a la mani. En fin.
Un beso.
Y feliz día.
La manifestación del Primero de Mayo en Mieres. Impresionante, para ser un pueblín de 50.OOO habitantes:
ResponderEliminarhttp://www.elcomerciodigital.com/gijon/multimedia/fotos/sporting/multitudinaria-manifestacion-primero-mayo-34859.html
Un saludo.
No tiene nada que ver, pero me ha recordado al poema de la canción de Bob Dylan "Spanish boots of spanish leather".
ResponderEliminarNo hay nada más duro que la vida real, no tengo muy claro si hacemos bien recordárnoslo entre líneas. Creo que la carne y los huesos siempre conducen a lo mismo. Menos mal que nos queda el alma (o lo que sea) para dejar de ser tan bestias.
Un abrazo
Chuff!!
Lo que más me gusta es el silencio que acompaña a las palabras, la distancia anticipada. Muy bueno Pepe.
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