LA CABAÑA
Día 4
Nuria asedia su cerebro, su corazón, sus intestinos, sus genitales... del
mismo modo que el banco de niebla hace con el valle. Su presencia es
casi física en el interior de la cabaña. Está sin estar, ocupando lugares comunes.
Si él se sienta frente al fuego, ella está ahí. Si va a la letrina, ella
le acompaña. Si duerme, ella invade sus sueños. Ha tratado inútilmente
de apartarla bebiendo y fumando, pero lo único que ha conseguido son
resacas y dolores de cabeza. Nuria es como la niebla de fuera, que lo cubre
todo. Un muro que le permite el paso, pero impide que siga con su vida,
jodiéndole, torturándole...
A pesar del frío
Pepe Pereza
Canalla Ediciones 2019
Me encanta, María Jesús. Son micros?
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